Restaurante Albalá

Restaurante

Localización
Jerez de la Frontera, Cádiz
Año
2014
Cliente
Israel Ramos
Dirección del proyecto
REONDO.
Equipo de trabajo
Cristina Romero + Mayka Sambruno
Fotografía
Jesús Granada

Interiorismo para restaurante en Jerez de la Frontera

Cuando Israel Ramos nos eligió como sus interioristas en Sevilla para diseñar el Restaurante Albalá en su nueva ubicación, nos sorprendió la franqueza con la que nos dijo: “Os llamo porque tengo poco presupuesto y necesito a alguien capaz de hacer mucho con muy poco”. Acostumbradas a tener que lidiar con la fama de derrochadores que precede a los de nuestro gremio, este comentario nos llenó de satisfacción.

Israel es una persona prudente y coherente con los tiempos que corren, así que a pesar de haber tomado la decisión de mudarse de local, tenía claro que no quería embarcarse en una gran inversión económica sin saber cómo iba a funcionar el cambio. El reto era difícil pero interesante, teníamos que hacer la nueva imagen de un restaurante de reconocido prestigio en la ciudad, con un bajo presupuesto y sin renunciar a los niveles de calidad. La primera gran decisión que tomamos fue la de reutilizar el mobiliario del antiguo restaurante (sillas, mesas y taburetes) en pos de construir algo interesante en el interior. La partida de mobiliario se hubiera comido gran parte de nuestro presupuesto sin darnos mayor gratificación que la de tener unas sillas y mesas bonitas, las cuales se pueden sustituir en cualquier momento ulterior.

Apariencia y decoración de local renovada

A partir de aquí, y en busca de satisfacer las necesidades de uso y servicio expuestas por nuestro cliente, decidimos construir una estructura metálica de aire industrial en el centro del local, dicha estructura sirve de soporte de una barra para comer en alto, que organiza y divide el espacio interior y que, a su vez, sustenta unas vigas de madera que dan cobijo a una de las zonas para comer sentado que se crea a su alrededor. Mucho de la apariencia del nuevo restaurante es el resultado del reaprovechamiento de elementos preexistentes en el local, como el zócalo cerámico que recorre todo el perímetro, y el cual decidimos camuflar e integrar en el proyecto para reducir costes.

En cuanto a la decoración planteamos un estilo de corte dadá con toques de humor negro, que añaden un punto de entretenimiento a la visita. Muchos de los elementos decorativos han sido de manufacturación propia, como la cartelería, las lámparas colgantes, los cojines o el aparador de la entrada, que pasó de ser un mueble lacado en blanco a ser un mueble estilo caja de embalaje, tras pasar por nuestro taller. La idea general era la de crear numerosos ambientes que consiguieran que cada visita al local supusiera una experiencia diferente a la anterior.